El gobierno estadounidense utilizó la corte de bancarrota para reestructurar General Motors Corp. y Chrysler Group LLC en tiempo récord. Pero el desempeño de los dos gigantes automotores podría depender de la forma en que el Estado maneje en los próximos meses los problemas en otro sector: la amplia red de proveedores de autopartes.
El sector de autopartes emplea alrededor de 587.000 personas, y reportó ventas por US$139.000 millones el año pasado, según Smart Cube Inc., una firma de investigación. Hace poco, el gobierno desestimó un pedido por parte de estos fabricantes de US$10.000 millones en ayuda adicional, lo que alimentó los temores entre funcionarios de la industria de que los próximos meses podrían estar plagados de bancarrotas.
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